Los límites de la zona pastoral Virgen de Guadalupe son calle Crespo, Av. Irigoyen, y Güemes hacia el sur de la ciudad, abarcando también Villa Autódromo.
La fiesta de la zona es el 12 de diciembre, día de Nuestra Señora de Guadalupe, donde se realiza procesión y Misa y desde hace dos años el cierre de la Misión Mariana. A ella nos encomendamos para poder llegar a cubrir las necesidades espirituales de esta gran zona y hacer realidad el sueño de poder terminar las obras en el Salón Comunitario.
En los salones trabajan grupos de catequesis de 1º y 2º año de Comunión, Confirmación de niños y adultos, Catequesis familiar, Cáritas El Carpintero con los talleres para mujeres y el Apoyo Escolar. Una gran cantidad de mensajeras de manzana llevan la Carta de los Cristianos a los hogares mensualmente con las noticias parroquiales. También se realizan encuentros de Pastoral de Adicciones, Cursillos de Cristiandad y grupo de oración de Convivencia con Dios.
Un poco de historia…
Comenzaba la década del «60 y el Barrio 9 de Julio crecía entre calles de tierra y casas pequeñas. La pujanza de talleres y fábricas traía bienestar a las familias que se afincaban, en gran número, en terrenos vírgenes entre las calles J.V. González, Brasil, Av. Yrigoyen y Láinez, zona que por aquellos tiempos estaba un tanto alejada del centro de la joven ciudad de Sunchales. Hasta la década del ΄50 el actual «Barrio 9 de Julio» era un sector no urbanizado llamado Sector D’Antoni, pero a partir de entonces se sumó al área urbana con el nombre actual.
En 1963 el Padre Marcos Tacca veía que aumentaban las necesidades pastorales, por lo que sugirió a la Comisión Vecinal la creación de un grupo de Catequesis para los niños. Comenzó a funcionar en el salón vecinal, mientras la comisión proyectaba la construcción de un nuevo salón más amplio que cubriría todas las necesidades. A fines de 1970 se pudo adquirir el terreno de la esquina de Rotania y Ayacucho (hoy Frondizi), cuya escritura está depositada en el Obispado de Rafaela. Comenzó la construcción del salón comunitario con la ayuda de vecinos, los fondos recaudados y otros donados por una organización alemana. Las paredes fueron levantadas por los vecinos y para el techo se llamó a una persona especializada.
A mediados de 1972 se trasladó al nuevo salón toda la actividad de la vecinal, lo pastoral y lo comunitario, abandonándose el otro frente a la placita. Nació así el salón comunitario Nuestra Señora de Guadalupe. El nombre surgió de una votación. En junio de 1972 el presbítero Idelso Re ofició la primera Misa en el nuevo salón. Según cuentan, cuando llovía el sacerdote llegaba con su auto hasta la calle Crespo, la última pavimentada, y desde allí continuaba a pie entre el barro. La catequesis estaba a cargo de madres que acudían cada 15 días a la parroquia para recibir el material y luego lo traían al barrio para transmitírselo a los niños de Primera Comunión; unos 40 niños divididos en grupos de 4 o 5 para cada mamá catequista; también ellas realizaban la limpieza.
Para las misas las familias del barrio donaban las flores y el equipo de liturgia, integrado por las Sras. Elizalde, Ocaño y Cavallero, preparaba lo necesario. En 1977/78 comenzó a funcionar en el salón el Jardín San Carlos por la tarde; las docentes fueron las Sras. Rosa de Timoni y Mirta de Unziquer. La comisión seguía reuniéndose en el salón, ocupándose de todo lo pastoral y vecinal, aunque actuaba como grupo de trabajo, sin la estructura orgánica propia de toda comisión. Para finales de la década ΄70 se celebraban bautismos de los niños del barrio; los cursillos prebautismales se hacían en la Parroquia y la celebración del Sacramento en el barrio.
En la placita se festejaba el Día del Niño con chocolate y se conmemoraban las fechas patrias. En 1980 se formaron dos grupos: el área vecinal que se ocuparía de los temas institucionales se separó y se trasladó a otro salón. Un segundo grupo que se ocuparía de lo netamente pastoral y del jardincito quedó a cargo del salón comunitario y continuó funcionando en el mismo lugar, por las tardes, bajo la tutela de la Iglesia. En 1991 el grupo pastoral se inició con la estructura orgánica de comisión, aconsejado por el presbítero Walter Chiessa. Encaró la construcción de un aula, cocina y baño donde pudiera funcionar el Jardín, ya separado del salón principal.
El nuevo edificio se levantó sobre el terreno contiguo al salón sobre la calle Rotania, usando fondos que se habían recaudado en eventos organizados por la comisión pastoral. De esta manera el Jardín San Carlos ya tenía edificio, con autoridades y docentes propios, siempre tutelado por el Obispado de Rafaela. A principios de los ΄90 se anexó al salón principal uno nuevo y un baño. Luego se encaró un proyecto para ampliar y mejorar el salón principal; se creó un subgrupo que se encargaría de recaudar y administrar los fondos necesarios.