La Palabra de Dios nos dice este Domingo:
“Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!”(Lc 12,49). Si el fuego es símbolo del Espíritu de Dios, del amor de Dios, podemos comprender el enorme deseo de Jesús de INCENDIAR LOS CORAZONES DE AMOR DIVINO!! Esto comenzó en Pentecostés, cuando en forma de “lenguas de fuego” el amor de Dios se derramó en los corazones de los creyentes (Cfr Hc 2,3 – Rm 5,5). Este fuego no necesita de los bomberos, sino del combustible de la oración y la caridad para que se propague e INCENDIE LOS AMBIENTES en que nos movemos!! Feliz Domingo!!!
