La Palabra de Dios nos dice este Domingo:
«Mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo. Los discípulos…volvieron a Jerusalén con gran alegría»(Lc 24,51-52). Llama la atención que esta separación produzca alegría; es que la ASCENSIÓN de Jesús no es «un viaje a las estrellas o más allá del universo». Jesús NO SE ALEJA de nosotros, simplemente VUELVE AL PADRE, regresa al mundo divino para dar paso al Espíritu de Dios. Esto le posibilita “estar presente de un modo nuevo», en todos los lugar, al lado de todos, en el interior de todos; oculto a la vista… visible al corazón creyente… Feliz Domingo!!!
