San Ramón Nonato

Hoy es fiesta de San Ramón Nonato, patrón de las embarazadas y parturientas

Hoy es fiesta de San Ramón Nonato, patrón de las embarazadas y parturientas

Se dice que San Ramón nació en una familia noble de España por el 1200. Se le dio el sobrenombre de “non natus” (no nacido) porque su madre murió en el parto, antes que él viera la luz. Por este hecho es tradicionalmente considerado patrón de las embarazadas, parturientas (las que van a dar a luz), parteras y recién nacidos.

Ingresó a la orden de los Mercedarios, comunidad que acababa de fundar San Pedro Nolasco con la misión de rescatar a los cristianos que los musulmanes tomaban como prisioneros. Después de dos o tres años de sus votos perpetuos sucedió al fundador en el servicio de “rescatador de cautivos”.

Fue enviado al norte de África con una gran suma de dinero y rescató a muchos esclavos. Cuando se le acabaron los recursos económicos, San Ramón Nonato se ofreció como rehén por la libertad de algunos prisioneros que se encontraban en una difícil situación  y a punto de perder la fe.

Este sacrificio del Santo exasperó a los infieles y lo trataron con suma crueldad, pero no lo mataron porque el magistrado principal buscaba ganar mucho dinero con su rescate. San Ramón aprovechó el “trato humano” que le brindaban para poder salir a la calle, confortar a los cristianos y convertir musulmanes.

El gobernador al enterarse, lo condenó a morir empalado, pero por los intereses económicos, solo fue flagelado. Esto no desalentó al Santo, quien continuó ayudando y evangelizando. Como castigo se le azotó en las esquinas de la ciudad, le perforaron los labios con hierro candente y le pusieron un candado en la boca, cuya llave tenía sólo el gobernador.

Durante unos ocho meses San Ramón vivió en esta penosa situación hasta que San Pedro Nolasco pudo enviar a algunos miembros de la orden a rescatarlo.

San Ramón regresó a España por obediencia y más adelante fue nombrado cardenal por el Papa Gregorio IX. El Santo permaneció sencillo y no cambió ni sus vestidos, ni su pobre “celda” del convento de Barcelona.

Más adelante el Papa le pidió que fuera a Roma y emprendió el viaje como un religioso humilde. Al llegar a Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, le sorprendió una violenta fiebre y partió a la Casa del Padre el 31 de agosto de 1240.

Catequesis del Papa Francisco del 29 de agosto

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

El pasado fin de semana he realizado un viaje a Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de Familias: estoy seguro que vosotros lo habéis visto por la televisión. Mi presencia quería sobre todo confirmar a las familias cristianas en su vocación y misión. Las miles de familias -cónyuges, abuelos, niños- reunidas en Dublín, con toda la variedad de sus lenguas, culturas y experiencias, han sido un signo elocuente de la belleza del sueño de Dios para toda la familia humana. Y lo sabemos: el sueño de Dios, es la unidad, la armonía y la paz, en las familias y en el mundo, fruto de la fidelidad, el perdón y la reconciliación que nos ha dado en Cristo. Él llama a las familias a participar de este sueño y a hacer del mundo un hogar donde nadie esté solo, descartado querido o excluido. Por lo tanto, el tema de este Encuentro Mundial fue muy apropiado: “El Evangelio de la familia, alegría para el mundo”.

Agradezco al Presidente de Irlanda, al Primer Ministro, a las diversas autoridades gubernamentales, civiles y religiosas, y a las muchas personas de todo lo nive que han ayudado a preparar y llevar a cabo este evento del Encuentro. Y muchas gracias a los Obispos, que han trabajado muchísimo. Dirigiéndome a las autoridades en el castillo de Dublín, he afirmado que la Iglesia es una familia de familias y que, como un cuerpo, sostiene a estas sus células en su rol indispensable en el desarrollo de una sociedad fraterna y solidaria.

Los verdaderos “puntos-luz” de estos días fueron los testimonios de amor conyugal dados por parejas de todas las edades. Sus historias nos recordaron que el amor del matrimonio es un don especial de Dios, que debe ser cultivado cada día en la iglesia domestica que es la familia. ¡Cuánto necesita el mundo de una revolución de amor, de ternura que nos salve de la cultura actual de lo provisional! Y esta revolución comienza en el corazón de la familia.

En la Pro-Catedral de Dublín conocí a esposos comprometidos en la Iglesia y a muchos matrimonios jóvenes, muchos de ellos con hijos pequeños. Luego he encontrado a algunas familias que se enfrentan a desafíos y dificultades particulares. Gracias a los Frailes Capuchinos, que están siempre cerca al pueblo y a la familia eclesial en general, experimentan la solidaridad y el sostén que son fruto de la caridad.

El momento culminante de mi visita fue la gran fiesta con las familias, el sábado por la noche, en el estadio de Dublín, seguida el domingo de la misa en el parque Phoenix. En la Vigilia escuchamos testimonios muy conmovedores de familias que han sufrido guerras, familias renovadas por el perdón, familias que el amor ha salvado de la espiral de la adicción, familias que han aprendido a usar bien los teléfonos móviles y las tabletas y a priorizar el tiempo que pasan juntos. También se ha destacado el valor de la comunicación intergeneracional y el papel específico de los abuelos en el fortalecimiento de los lazos familiares y la transmisión del tesoro de la fe. Hoy es duro decirlo, pero parece que los abuelos molestan o, en esta cultura del descarte los abuelos son descartados, se les aleja. Pero los abuelos son la sabiduría, la memoria de un pueblo, la memoria de las familias y deben transmitir esta memoria a los nietos. Los jóvenes, los niños, deben hablar con los abuelos para llevar adelante la historia. Por favor, no descarten a los abuelos, que están cerca de sus hijos y de sus nietos.

El domingo por la mañana hice la peregrinación al santuario mariano de Knock, tan querido por los irlandeses. Allí, en la capilla construida en el lugar de una aparición de la Virgen confié a su protección materna a todas las familias, especialmente a las de Irlanda. Y aunque mi viaje no incluyó una visita a Irlanda del Norte, dirigí un cordial saludo a su pueblo y alenté el proceso de reconciliación, pacificación, amistad y cooperación ecuménica.

Mi visita a Irlanda, además de la gran alegría también tuvo que asumir el dolor y la amargura del sufrimiento causado en ese país por las diversas formas de abuso, incluso por parte de miembros de la Iglesia, y el hecho de que las autoridades eclesiásticas en el pasado no hemos sido capaces de afrontar de forma adecuada estos crímenes. Un signo profundo ha dejado el encuentro con algunos sobrevivientes -eran ocho-, y en varias ocasiones he pedido perdón al Señor por estos pecados, por el escándalo y el sentido de traición provocados. Los obispos irlandeses han emprendido un serio recorrido de purificación y reconciliación con los que han sufrido abusos, y, con la ayuda de las autoridades nacionales, han establecido una serie de normas severas para garantizar la seguridad de los jóvenes. Y después, en mi encuentro con los obispos, los animé en su esfuerzo para remediar los fracasos del pasado con honestidad y coraje, confiando en las promesas del Señor y contando con la profunda fe del pueblo irlandés,  para iniciar una temporada de renovación de la Iglesia en Irlanda. Irlanda tiene fe, debemos orar para que el Señor envíe nuevas vocaciones. ¡En Irlanda hay fe, hay gente de fe!: una fe con grandes raíces. ¿Pero sabéis una cosa? Hay pocas vocaciones al sacerdocio. ¿Cómo es posible que esta fe falle? Tal vez por estos problemas, los escándalos, por tantas cosas… Debemos rezar para que el Señor envíe santos sacerdotes a Irlanda, nuevas vocaciones.  Y lo haremos juntos, rezando un “Ave María” a la Virgen de Knock. Ave María… Señor Jesús, envíanos sacerdotes santos.

Queridos hermanos y hermanas, el Encuentro Mundial de las Familias en Dublín ha sido una experiencia profética y consoladora para tantas familias comprometidas en el camino evangélico del matrimonio y de la vida familiar; familias discípulas y misioneras, fermento de bondad, santidad, justicia y paz. No olvidemos a tantas familias, -¡tantas!- que llevan adelante a sus propias familias, a sus hijos, con fidelidad, pidiendo perdón cuando hay problemas. Pero nosotros lo olvidamos porque está de moda en las revistas, en los periódicos, hablar de “este que se divorció de esta”, de “aquel que se separó de aquella”.  Pero por favor: esto es algo feo. Es verdad: respeto a todos, debemos respetar a las personas, pero lo ideal no es el divorcio, lo ideal no es la separación, lo ideal no es la destrucción de la familia. Lo ideal es la familia unida. Así que adelante: ¡esto es lo ideal!

El próximo Encuentro de las Familias, se celebrará en Roma en 202. Preparaos. Encomendemos todo a a la protección de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, para que en sus hogares, parroquias y comunidades pueden ser verdaderamente alegría al mundo.

Dirijo un pensamiento particular a los jóvenes, a los ancianos, a los enfermos y a los recién casados. Hoy es la memoria litúrgica del Martirio de San Juan Bautista. El sacrificio heroico del Precursor nos enseña a entender lo que es el valor supremo para un cristiano: testimoniar el señorío de Cristo, vivo y obrando entre nosotros, no sólo con palabras, sino con el don de la vida misma. Dios los bendiga a todos!

El próximo sábado, 1 de septiembre, se celebra la Cuarta Jornada Mundial de Oración por el cuidado de la Creación, que celebramos en unión con nuestros hermanos y hermanas ortodoxos y con la adhesión de otras Iglesias y Comunidades cristianas.

En el Mensaje de este año deseo dirigir la atención sobre la cuestión del agua, un bien primario que debe ser protegido y puesto a disposición de todos.

Agradezco las diversas iniciativas que en diferentes lugares ha preparado las Iglesias particulares, los Institutos de Vida Consagrada y las Asociaciones Eclesiales. Invito a todos a unirse en oración, este sábado, por nuestra casa común.

Francisco

Santa Rosa de Lima

6 datos de Santa Rosa de Lima que tal vez no conocías

6 datos de Santa Rosa de Lima que tal vez no conocías

Este 30 de agosto se celebra en Perú a Santa Rosa de Lima, Patrona de América y Filipinas. Aquí te presentamos seis datos interesantes que tal vez no conocías sobre su vida.

1. Se llamaba Isabel

Aunque su nombre era Isabel, su madre comenzó a llamarla Rosa al ver que mientras crecía su rostro lucía sonrosado y mostraba gran belleza.

Santo Toribio de Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, tras impartirle el sacramento de la confirmación en 1597 le puso definitivamente el nombre de Rosa, con el cual es conocida ahora en todo el mundo.

2. No fue religiosa sino laica

Santa Rosa fue laica, específicamente Terciaria en la Orden de Santo Domingo, es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevando una vida consagrada a Dios pero en su propia casa. Durante toda su vida buscó imitar a la más famosa terciaria dominica, Santa Catalina de Siena, a quien consideraba su «madre» espiritual.

El Papa Pío XII, en su radiomensaje del 27 de octubre de 1940 para el Congreso Eucarístico en Arequipa, en el sur del Perú, dijo: “¿No despuntó y se abrió en el jardín de Lima, cual flor primera de santidad de toda la América, cándida como azucena y purpúrea como rosa, la admirable Rosa de Santa María, que en el retiro y entre las espinas de la penitencia, emuló el ardor de una Catalina de Siena?”.

Un día mientras oraba ante la imagen de la Virgen pidiendo ayuda para decidir si entraba a un convento, sintió que no podía levantarse del suelo donde estaba arrodillada. Llamó a su hermano para que le ayudara pero él tampoco fue capaz de moverla de allí.

Entonces se dio cuenta de que la voluntad de Dios era otra y le dijo a Nuestra Señora: «Oh Madre Celestial, si Dios no quiere que yo me vaya a un convento, desisto desde ahora de su idea». Tan pronto pronunció estas palabras recuperó la movilidad y se pudo levantar.

3. Tuvo un rápido ascenso a los altares

Menos de 50 años después de su muerte fue declarada santa de la Iglesia Católica. Durante la ceremonia organizada en su honor tras su fallecimiento fue aclamada por el pueblo entero e hicieron que a los ocho días se abriera el proceso de canonización. El Cabildo envió una carta al Papa Urbano VIII y el virrey hizo lo propio a la Corona de España.

Antes de ser canonizada en 1671, fue proclamada Patrona del Perú en 1669, del Nuevo Mundo y de Filipinas en 1670. Solo en Perú hay más de 72 pueblos con su nombre.

4. Es la primera santa de América

Fue canonizada por el Papa Clemente X en 1671 y se convirtió en la primera Santa de América.

«Probablemente no ha habido en América un misionero que con sus predicaciones haya logrado más conversiones que las que Rosa de Lima obtuvo con su oración y sus mortificaciones», dijo el Papa Inocencio IX al referirse a ella.

5. Habría sido amiga de San Martín de Porres

Una antigua tradición sostiene que Santa Rosa salía de su ermita para ir a la iglesia de la Virgen del Rosario y para atender a enfermos y esclavos.

En estas labores era acompañada por San Martín de Porres quien se volvió su amigo. Lima era una ciudad pequeña y amurallada por lo que es muy probable que Santa Rosa haya conocido a San Martín de Porres.

6. Cuando murió ayudaba en el hogar de una familia adinerada

Santa Rosa pasó los tres últimos años de su vida ayudando en el hogar de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño.

Durante la penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte, la oración de la joven era: «Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor».

Santa Rosa falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. El capítulo, el senado y otros dignatarios de la ciudad se turnaron para llevar sus restos al sepulcro.

 

Martirio de San Juan Bautista

Hoy se celebra el martirio de San Juan Bautista, ejemplo de firmeza en la verdad

Hoy se celebra el martirio de San Juan Bautista, ejemplo de firmeza en la verdad

 

Cada 29 de agosto la Iglesia Católica conmemora el Martirio de San Juan Bautista, quien murió decapitado por anunciar y denunciar la verdad. Juan Bautista es el único santo en la Iglesia a quien se le celebra su nacimiento (24 de junio) y su muerte por medio del martirio.

Esta memoria “se remonta a la dedicación de una cripta de Sebaste, en Samaria, donde, ya a mediados del siglo IV, se veneraba su cabeza. Su culto se extendió después a Jerusalén, a las Iglesias de Oriente y a Roma, con el título de Decapitación de san Juan Bautista”, según explicó Benedicto XVi en 2013.

Añadió que “en el Martirologio romano se hace referencia a un segundo hallazgo de la preciosa reliquia, transportada, para la ocasión, a la iglesia de San Silvestre en Campo Marzio, en Roma. Estas pequeñas referencias históricas nos ayudan a comprender cuán antigua y profunda es la veneración de San Juan Bautista”.

El relato de la muerte de San Juan Bautista está en el Evangelio de San Marcos, capítulo 6, del 17 al 29, en el que narra el banquete ofrecido por Herodes por su cumpleaños, donde danzó Salomé, hija de Herodías, la esposa de su hermano con quien tenía una relación adúltera.

Según el relato del evangelio, «Herodes había mandado poner preso a Juan Bautista, y lo había llevado encadenado a la prisión, por causa de Herodías, esposa de su hermano Filipos, con la cual Herodes se había ido a vivir en unión libre. Porque Juan le decía a Herodes: ‘No le está permitido irse a vivir con la mujer de su hermano’. Herodías le tenía un gran odio por esto a Juan Bautista y quería hacerlo matar, pero no podía porque Herodes le tenía un profundo respeto a Juan y lo consideraba un hombre santo, y lo protegía y al oírlo hablar se quedaba pensativo y temeroso, y lo escuchaba con gusto».

El baile le gustó tanto a Herodes que le prometió a la joven cumplirle cualquier deseo. Por eso ella, a sugerencia de su madre, pide la cabeza de Juan Bautista, la cual le fue entregada en una bandeja.

San Juan Bautista, mártir de la verdad

El 30 de agosto de 2012, Benedicto XVI dedicó su catequesis de la Audiencia General a esta memoria. «La Iglesia celebra hoy la memoria del Martirio de San Juan Bautista, el precursor de Jesús, que testimonia con su sangre su fidelidad a los mandamientos de Dios. Su vida nos enseña que cuando la existencia se fundamenta sobre la oración, sobre una constante y sólida relación con Dios, se adquiere la valentía de permitir que Cristo oriente nuestros pensamientos y nuestras acciones», dijo.

Benedicto XVI destacó que «celebrar el martirio de san Juan Bautista nos recuerda también a nosotros, cristianos de nuestro tiempo, que no se puede descender a negociar con el amor a Cristo, a su Palabra, a la Verdad. La Verdad es verdad y no hay componendas».
«La vida cristiana exige, por decirlo de alguna manera, el ‘martirio’ de la fidelidad cotidiana al Evangelio, es decir, el valor de dejar que Cristo crezca en nosotros y sea Él quien oriente nuestro pensamiento y nuestras acciones. Pero esto sólo puede suceder en nuestra vida si la relación con Dios es sólida».
«La oración no es tiempo perdido, no es robar espacio a las actividades, incluso a las apostólicas, sino que es exactamente lo contrario: sólo si somos capaces de una vida de oración fiel, constante y confiada, será el mismo Dios quien nos dará la capacidad y la fuerza para vivir de modo feliz y sereno, para superar las dificultades y testimoniarlo con valor. Que san Juan Bautista interceda por nosotros, a fin de que sepamos conservar siempre la primacía de Dios en nuestra vida», agregó.

San Agustín

Hoy la Iglesia celebra a San Agustín, doctor de la Iglesia y “patrón de los que buscan a Dios”

Hoy la Iglesia celebra a San Agustín, doctor de la Iglesia y “patrón de los que buscan a Dios”

“Tarde te amé, oh Belleza siempre antigua, siempre nueva. Tarde te amé”, dijo San Agustín. Este gran Santo es uno de los 36  doctores de la Iglesia y es patrón de «los que buscan a Dios”; también fue autor de varios libros de teología y filosofía, siendo sus obras más famosas las “Confesiones” y «La ciudad de Dios».

San Agustín de Hipona nació el 13 de noviembre en el año 354 en la ciuad de Tagaste, ubicada al norte de Africa. Fue hijo de Patricio y de Santa Mónica, quen rezó durante varios años por la conversión de su esposo y de su hijo.

Durante su juventud, se entregó a una vida libertina y cometió varios pecados de impureza. Convivió con una mujer durante 14 años y ambos tuvieron un hijo llamado Adeodato, que murió siendo joven.

También perteneció durante nueve años a la secta de los Maniqueos hasta que conoció a San Ambrosio, cuyo testimonio le impresiona  y le motiva a acercarse a Dios.

Un día, cuando Agustín estaba en un jardín, sumido en una profunda crisis existencial, escuchó la voz de un niño que le decía : «Toma y lee ; toma y lee». El Santo abrió una biblia que tenía al lado y abrió una página al azar. Se encontró con el capítulo 13,13-14 de la carta de San Pablo a los romanos que decía :

«Nada de comilonas y borracheras; nada de lujurias y desenfrenos…revestíos más bien del Señor Jesucristo y no os preocupeís de la carne para satisfacer sus concupiscencias».

Esta lectura marcó su conversión y desde ese momento resolvió  permanecer casto y entregar su vida a Cristo.

En el año 387 es bautizado junto a su hijo. Su madre fallece ese mismo año. Regresó a África y quiso llevar un estilo de vida monástica. Sin embargo, Dios tenía otros planes para él.

Un día fue asistió a la Eucaristía en Hipona. El Obispo, Valerio, lo vió y se enteró de su conversión y santidad. Entonces le dijo que necesitaba con urgencia a un sacerdote que lo asistiera en su labor. A pesar de su resistencia y lágrimas, Agustín entendió el llamado del Señor.

Es ordenado sacerdote y cinco años después fue ordenado Obispo, dirigió la diócesis de Hipona por 34 años. San Agustín utilizó sus dotes intelectuales y espirituales para atender a las necesidades de su rebaño.

Combatió las herejías del tiempo, debatió contra las corrientes contrarias a la fe, acudió a varios consejos de obispos en África y viajó constantemente para predicar el Evangelio. Su intenso trabajo pastoral le forjó un gran prestigio dentro de la Iglesia.

El 28 de agosto del 430 enfermó y falleció. Su cuerpo fue enterrado Hipona, pero luego trasladado a Pavia, Italia.

Para Benedicto XVI, San Agustín ha sido un “buen compañero de viaje” en su vida y ministerio. En enero del 2008 se refirió a él como “hombre de pasión y de fe, de altísima inteligencia y de incansable solicitud pastoral… dejó una huella profundísima en la vida cultural de Occidente y de todo el mundo”.

En agosto del 2013, el Papa Francisco, durante la Misa de apertura del Capítulo General de la Orden de San Agustín, se refirió al santo como un hombre que “comete errores, toma también caminos equivocados, peca, es un pecador; pero no pierde la inquietud de la búsqueda espiritual. Y de este modo descubre que Dios le esperaba; más aún, que jamás había dejado de buscarle Él primero”.

San Juan Pablo II  difundió la vida y obra de este Doctor de la Iglesia. En 1986, con ocasión del XVI Centerario de la Conversión de San Agustín, redactó la Carta Apostólica “Augustinum Hipponensem”.

San Bartolomé (Nathanael)

Hoy es la fiesta de San Bartolomé, Apóstol de Cristo

Hoy es la fiesta de San Bartolomé, Apóstol de Cristo

San Bartolomé fue uno de los 12 apóstoles de Cristo que predicó el Evangelio después de la Ascensión del Señor. Según la tradición esta misión la llevó a cabo en la India y Armenia, donde recibió la corona del martirio.

Bartolomé es mencionado en tres de los Evangelios sinópticos (Mateo 10:3; Marcos 3:18; Lucas 6:14) siempre en compañía de Felipe, y en los Hechos de los Apóstoles (1:13) donde se hace presente en Pentecostés.

En el Evangelio de Juan, donde no aparece con el nombre de Bartolomé, muchos eruditos lo han identificado con Nathanael (que significa «regalo de Dios»), que también aparece siempre con Felipe.

Este Santo nació en Caná de Galilea y fue llamado por Jesús a través de Felipe para ser su apóstol (Juan 1, 45-51). También fue uno de los discípulos a los que Jesús se apareció en el mar de Galilea después de su resurrección (Juan 21:2).

Según una tradición recogida por el llamado “padre de la historia de la Iglesia”, Eusebio de Cesarea, Bartolomé marchó a predicar el evangelio a la India, donde dejó una copia del Evangelio de Mateo en arameo.

Por otro lado la tradición armenia lo considera, junto a San Judas Tadeo, como santo patrono de la Iglesia Apostólica Armenia por ser cofundador del cristianismo en ese país.

Se cree que su martirio ocurrió en Abanópolis (Armenia) en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto. Allí le arrancaron la piel cuando estaba aún con vida y fue decapitado por el Rey Astyages en Derbend.

Bartolomé es representado en el arte desollado y sosteniendo su piel con sus propias manos; sin embargo es más común verlo representado con barba, un libro y un cuchillo. Sus reliquias se cree que están conservadas en la iglesia de San Bartolomé en la Isla Tiberina, en Roma.

San Bartolomé tiene múltiples “patronazgos”: es patrono de los carniceros, fabricantes de libros, guantes, pieles, zapateros, sastres, mercaderes de queso, viñadores, albañiles y otros. También se le invoca contra desórdenes nerviosos.

Catequesis del Papa Francisco del día 22 de agosto

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

Continuamos las catequesis sobre los mandamientos y Hoy afrontamos el mandamiento «No pronunciarás en vano el nombre del Señor, tu Dios» (Ex 20,7). Justamente leemos esta Palabra como una invitación a no ofender el nombre de Dios y a evitar usarla inapropiadamente. Este significado nos prepara para profundizar más estas preciosas palabras, de no usar el nombre de Dios en vano, inapropiadamente.

Escuchemos mejor la versión “No pronunciarás” que literalmente significa, en hebreo como en griego, “No tomarás sobre ti, no te harás cargo”.

Y la expresión “en vano” es más clara, y significa: “sin carga, en vano”. Se refiere a un sobre vacío, a una forma sin contenido. Es la característica de la hipocresía, del formalismo y la mentira.

La expresión «en vano » es más clara y significa: « vacío, vano ». Se refiere a un sobre vacío, a una forma desprovista de contenido. Es la característica de la hipocresía, del formalismo y de la mentira, de usar la palabra o usar el nombre de Dios, pero vacío, sin verdad.

En la Biblia, el nombre es la verdad íntima de las cosas y sobre todo de las personas. El nombre representa a menudo la misión. Por ejemplo, Abraham en Génesis (ver 17.5) y Simón Pedro en los Evangelios (ver Jn 1:42) reciben un nombre nuevo para indicar el cambio de la dirección de su vida. Y conocer verdaderamente el nombre de Dios lleva a la transformación de la propia vida: desde el momento en que Moisés conoce el nombre de Dios, su historia cambia (véase Ex 3 : 13-15).

El nombre de Dios, en los ritos hebreos, viene proclamado solemnemente en el Día del Gran Perdón y el pueblo es perdonado porque por medio del nombre se entra en contacto con la vida misma de Dios que es misericordia.

Entonces “tomar sobre uno el nombre de Dios” quiere decir asumir su realidad, entrar en íntima relación con él. A nosotros cristianos, este mandamiento nos recuerda que hemos sido bautizados “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”, como afirmamos cada vez que hacemos en nosotros mismos el signo de la cruz, para vivir nuestras acciones cotidianas en comunión sentida y real con Dios, es decir, en su amor. Y sobre esto, de hacer la señal de la cruz, quisiera reiterar nuevamente: enseñar a los niños a hacer la señal de la cruz. ¿Habéis visto cómo lo hacen los niños? Si le dices a los niños: “Hagan la señal de la cruz”, hacen algo que no saben lo que es. ¡No saben hacer la señal de la cruz! Enseñar a hacer en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El primer acto de fe de un niño. Tarea para vosotros, tarea para hacer: enseñar a los niños a hacer la señal de la cruz.

Uno se puede preguntar: ¿es posible tomar sobre sí el nombre de Dios hipócritamente, como una formalidad, vacía? La respuesta es, desgraciadamente, positiva: sí, es posible. Se puede vivir una relación falsa con Dios. Jesús lo decía sobre aquellos doctores de la ley, ellos hacían las cosas, pero no hacían lo que Dios quería, hablaban de Dios, pero no hacían la voluntad de Dios y el consejo de Jesús era: “Haced lo que ellos digan, pero no lo que ellos hacen. Se puede vivir una relación falsa con Dios, como aquella gente. Y esta Palabra del Decálogo es la invitación a una relación con Dios sin hipocresías, a una relación en la cual nos confiamos a Dios con todo aquello que somos.  En el fondo, hasta el día en que no arriesgamos nuestra existencia con el Señor, tocando con la mano que en Él se encuentra la vida, hacemos sólo teorías.

Este es el cristianismo que toca el corazón: encontrarse con Dios realidad. ¿Por qué los santos son tan capaces de tocar el corazón? Porque los santos no solo hablan, sino mueven el corazón. En los santos vemos lo que nuestro corazón desea profundamente: autenticidad, relaciones verdaderas, radicalidad. Y esto se ve también en aquellos “santos en la puerta de al lado” que son, por ejemplo, padres que dan a sus hijos el ejemplo de una vida coherente, sencilla, honesta y generosa.

Si se multiplican los cristianos que toman sobre sí el nombre de Dios sin falsedad – practicando así la primera pregunta del Padre Nuestro, afirma el Papa, que tu nombre sea santificado – el anuncio de la Iglesia es más escuchado y resulta más creíble. Si nuestra vida concreta manifiesta el nombre de Dios, se ve la belleza del Bautismo y la grandeza del don de la Eucaristía, cual sublime unión entre nuestro cuerpo y el cuerpo de Cristo: Cristo en nosotros y nosotros en Él! Unidos! Esto no es hipocresía, esta es la verdad. Esto no es hablar o rezar como un papagayo, esto es orar con el corazón, amar al Señor.

Desde la cruz de Cristo en adelante, nadie puede despreciar a sí mismo y pensar mal sobre su propia existencia. ¡Ninguno, ni nunca! Cualquier cosa que haya hecho. Porque el nombre de cada uno de nosotros está sobre los hombros de Cristo. Vale la pena tomar sobre nosotros el nombre de Dios porque Él tomó nuestro nombre hasta el final, incluso del mal que hay en nosotros, para poner en nuestros corazones su amor. Por eso Dios proclama en este mandamiento: ‘Tómame sobre ti, porque yo te he tomado sobre mí’. Cualquiera puede invocar el santo nombre del Señor, que es Amor fiel y misericordioso, en cualquier situación que se encuentre. Dios nunca dirá “no” a un corazón que lo invoca sinceramente.

Y volvamos a la tarea: enseñad a los niños a hacer bien la señal de la cruz. ¿Lo haréis? Bien hecho. Gracias.