Bautismos del día 28 de julio

El sábado 28 de julio recibieron el sacramento del Bautismo los niños: Juana, Emma Guadalupe, Dámaris, Renzo Manuel, Agustín, Alejandro, Anita, Valentín, Nahiara Naylen, María Paz, Lucy, Tomás Agustín, Angelina Trinidad. Damos la bienvenida a la gran familia de Dios a estos pequeños y bajo el manto de la Virgen María colocamos sus vidas y las de sus familias.

San Joaquín y Santa Ana

26 de julio: Iglesia Católica celebra a San Joaquín y Santa Ana, patronos de los abuelos

26 de julio: Iglesia Católica celebra a San Joaquín y Santa Ana, patronos de los abuelos

Cada 26 de julio se celebra en la Iglesia Católica la fiesta de los padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús, San Joaquín y Santa Ana.

Ambos santos, llamados patronos de los abuelos, fueron personas de profunda fe y confianza en Dios; y los encargados de educar en el camino de la fe a su hija María, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión.

Benedicto XVI, un día como hoy en 2009, resaltó -a través de las figuras de San Joaquín y Santa Ana-, la importancia del rol educativo de los abuelos, que en la familia “son depositarios y con frecuencia testimonio de los valores fundamentales de la vida”.

En el 2013, cuando el Papa Francisco se encontraba en Río de Janeiro (Brasil) por la Jornada Mundial de la Juventud Río 2013, y coincidiendo su estadía con esta fecha, destacó que “los santos Joaquín y Ana forman parte de esa larga cadena que ha transmitido la fe y el amor de Dios, en el calor de la familia, hasta María que acogió en su seno al Hijo de Dios y lo dio al mundo, nos los ha dado a nosotros. ¡Qué precioso es el valor de la familia, como lugar privilegiado para transmitir la fe!”.

Santiago Apóstol

Hoy es fiesta de Santiago Apóstol, patrono de España

Hoy es fiesta de Santiago Apóstol, patrono de España

El 25 de julio la Iglesia celebra la fiesta de Santiago el Mayor, uno de los doce apóstoles elegidos por el Señor y que se le representa vestido de peregrino o como un soldado montado en un caballo blanco en actitud de lucha.

San Crisóstomo dirá que él fue el apóstol más atrevido y valiente.

El “hijo del trueno” como le puso Jesús a él y a su hermano San Juan el Evangelista, es patrono de España y de su caballería, así como de los curtidores, veterinarios, equitadores y de varias ciudades en el mundo. Otras ciudades incluso llevan su nombre en países como Chile, República Dominicana, Cuba entre otros.

El nombre de Santiago proviene de las palabras Sant Iacob, del hebreo Jacob. Durante las batallas los españoles solían gritar «Sant Iacob, ayúdenos» y al decirlo rápido repetitivamente sonaba a Santiago.

Fue testigo con Juan y Pedro de la Transfiguración del Señor en el Monte Tabor, de la pesca milagrosa y de la oración de Jesús en el Huerto de Getsemaní, entre los pasajes más representativos.

La tradición cuenta que llegó hasta España a proclamar el Evangelio. La Catedral de Santiago de Compostela es considerada su principal Santuario, a donde peregrinan miles de personas cada año, deseosas de recorrer el Camino de Compostela.

El 9 de noviembre de 1982, cuando San Juan Pablo II visitaba esta Catedral española, hizo un llamado a Europa a reavivar “aquellos valores auténticos”, porque los otros continentes “te miran y esperan también de ti la misma respuesta que Santiago dio a Cristo: ‘lo puedo’”.

“Yo, Sucesor de Pedro en la Sede de Roma, una Sede que Cristo quiso colocar en Europa y que ama por su esfuerzo en la difusión del cristianismo en todo el mundo. Yo, Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal, desde Santiago, te lanzo, vieja Europa, un grito lleno de amor: Vuelve a encontrarte. Sé tú misma. Descubre tus orígenes. Aviva tus raíces”, expresó el santo polaco.

El apóstol Santiago es conocido también por haber preparado el camino para que la Virgen María sea reconocida como «Pilar» de la Iglesia.

El Papa Francisco, en febrero de 2014, al reflexionar sobre los conflictos armados, señaló que Santiago nos da un consejo sencillo: “Acérquense a Dios y Él se acercará a ustedes”.

Hoy es fiesta de la Virgen del Carmen, la más bella flor del jardín de Dios

Según la tradición, un 16 de julio de 1251, San Simón Stock, superior en ese entonces de los Carmelitas, se encontraba en profunda oración rogando por sus religiosos perseguidos cuando la Virgen se le apareció con el hábito de la Orden en la mano y le entregó el escapulario.

Tiempo después la devoción a la Virgen del Carmen fue floreciendo y la espiritualidad carmelita se extendió por varios lugares del mundo.

La Fiesta de Nuestra Señora del Carmen, que se celebra cada 16 de julio, es además símbolo del encuentro entre la Antigua y la Nueva Alianza porque fue en el monte Carmelo (que en vocablo hebreo significa jardín) donde el profeta Elías defendió la fe del pueblo escogido contra los paganos.

Por el 1205 San Alberto, patriarca de Jerusalén, entregó a los eremitas del Carmelo una regla de vida, que fue aprobada por el Papa Honorio III en 1226. Ellos tenían la misión de vivir en la forma de Elías y de María Santísima, a quien veneraban como la Virgen del Carmen.

En el Siglo XIII, el Papa Inocencio IV concedió a los carmelitas el privilegio de ser incluidos entre las órdenes mendicantes junto con los franciscanos y dominicos. Los carmelitas han pasado por algunas reformas, siendo la más grande la que hicieran Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. A través de los siglos esta espiritualidad ha dado muchos santos a la Iglesia.

Consagración de la Patria a la Virgen de Luján

Los días jueves a las 18 hs. en el Templo Parroquial, las adoradoras rezan la oración de Vísperas. A partir de este jueves, al finalizar las Vísperas, se va a rezar la oración de Consagración de nuestra Patria a la Virgen de Luján, que se rezó el domingo pasado en la Misa de los Obispos en la Basílica, pidiendo por la defensa de la vida, en todas sus formas.

Nuestra Señora de Luján, Madre del Pueblo Argentino, estamos aquí a tus pies para renovar la esperanza y porque vale toda vida. Hoy, Madre Nuestra de Luján, venimos como hijas e hijos tuyos, para junto a vos, comprometernos a defender al inocente que no ha nacido, y también a sus mamás que sufren en su cuerpo y en su espíritu. Venimos a tus brazos de Madre, heridos y agobiados por tanta miseria y pobreza, por el abandono y la postergación de tantos hermanos, por la trata de personas, la eutanasia encubierta en los enfermos y ancianos privados de atención, y por tantas nuevas formas de esclavitud y descarte. Vos conocés muy bien el dolor y la angustia de muchas mujeres. En ésta, tu Casa, son muchas las que te confían el secreto más hondo de su corazón: el intenso sufrimiento vivido en algún momento de confusión, el pesar que no se va y el arrepentimiento sentido y profundo. Conocés a tantas que dudan en lo más íntimo de su ser y tienen miedo de enfrentar la vida. ¡Qué inmenso es tu amor, Madre querida, nunca rechazás a nadie! Continuamente consolás, sanás, ayudás a levantar la vida y acercás a todas al Padre Misericordioso que en todo momento está dispuesto a perdonar. Te pedimos por todas ellas y las que seguirán viniendo para que les regalés esa misma fuerza que el Padre Dios te concedió para cuidar a Su Hijo e Hijo tuyo, en todos los momentos y circunstancias de su vida. La Patria se debate en estos días entre la vida y la muerte, necesitamos tu coraje, tu valentía, tu audacia, para decir siempre que sí a Dios y a la vida. Ayudanos a no caer en la tentación de la mentira, la tibieza y la indiferencia y, así, no dejar a muchos afuera del camino de la vida. Estamos aquí para consagrarnos a tu amor de Madre y encomendarnos por tu intermedio, al Bueno de Dios. Y lo hacemos con infinita confianza. Frente a tu imagen, y a esta Casa que en todo momento nos acobija y protege, porque es la Casa de nuestro Pueblo, nosotros como pastores, te consagramos, Nuestra Señora de Luján, a nuestra querida patria Argentina, para que siendo fieles a Jesús, que es Buena Noticia de Vida y Amor, alcancemos con prontitud una fuerte y sentida reconciliación nacional y una paz duradera. Queremos consagrar y encomendar a cada una de nuestras familias para que sean casa y escuela de vida, comunión y amor. Te consagramos a las mamás que llevan una hija o un hijo en su vientre, y también te hacemos una entrega confiada de sus papás, para que toda vida que se geste pueda nacer, crecer y habitar en nuestra querida Nación. Te consagramos a las niñas y a los niños, te pedimos que tengan una vida llena de esperanza y que no les falte nada. Te consagramos a los jóvenes, dales la gracia de crecer como personas felices y plenas y que sean fuertes para hacer un mundo más humano. Ponemos en tus manos de Madre a nuestros queridísimos ancianos para que vivan con serenidad y júbilo y todos aprendamos de su sabiduría. Madre de Luján, tu Hijo, nuestro amado Señor, nos ha entregado su Vida para que todos nosotros tengamos Vida en abundancia, danos un ánimo confiado, perseverante y lleno de valentía para ser sus discípulos-misioneros y defender la vida de cada persona, desde su concepción hasta la muerte natural, defenderla siempre y en toda circunstancia y que podamos hacerlo con claridad, firmeza y pasión hasta el final de los tiempos, cuando el Señor Jesús juzgue a todas las naciones en el amor. Amén.

La Medalla de San Benito

La cruz-medalla de San Benito debe su origen a la gran devoción que el Santo y data de una época muy antigua. El Santo recomendaba el uso de la misma a sus discípulos para vencer las tentaciones, ahuyentar al demonio y obrar maravillas.
La medalla tiene dos caras, por un lado está la imagen del Santo Patriarca, y por el otro, una cruz, que a su alrededor lleva una letras que son iniciales de la oración: Crux Sancti Patris Benedicti (Cruz del Santo Padre Benito), Crux Sacra Sit Mihi Lux (Mi luz sea la Cruz Santa), Non Draco Sit Mihi Dux (No sea el demonio mi guía), Vade Retro Satana (¡Apártate, Satanás!), Numquam Suade Mihi Vana (No sugieras cosas vanas), Sunt Mala Quae Libas (Pues maldad es lo que brindas) Ipse Venena Bibas (Bebe tu mismo el veneno).
Por muchos años, esta devoción fue exclusiva de los monasterios benedictinos; pero posteriormente se propagó luego que el joven Bruno quien fuera más tarde el Papa León IX se curara milagrosamente de una enfermedad.