La Palabra de Dios nos dice este Domingo:
«Con sólo tocar su manto quedaré sanada”… Jesús se dio cuenta en seguida de la fuerza que había salido de El y preguntó: “¿Quién tocó mi manto?”… Entonces la mujer.. fue a arrojarse a sus pies y le confesó toda la verdad. Jesús le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado. Vete en paz..»(cfr Mc 5,28-34). A Jesús le encanta que seamos «ladrones de sus bienes», no pone rejas ni alarmas, por el contrario, están siempre a nuestra disposición, más aún, «felicita a quien le roba sus dones». Lo que le preocupa es que nos acerquemos a El «sin la llave» que poseía esta mujer anónima: la «FE INCONDICIONAL EN SU PERSONA»… José Luis Riberi
